miércoles, 22 de diciembre de 2010

Quizá cuando estés más lejos que nunca comprendas que nadie tenía la culpa

Le necesitaba. ¡Claro! Era lógico e imprescindible, esencial más bien. Aunque aveces no era el lugar ni el momento; se lo expresaba cada día con un toque al móvil, con alguna mirada, gesto, sonrisa..cualquier tontería que, por unos instantes, les hacía únicos e inseparables. La verdad era que estaban hechos el uno para el otro aunque ninguno lo afrontara, siempre había algo que les impedía sincerarse, incluso a ellos mismos. Se querían y se lo decían cada día pero ni ellos ni nadie sabía que eso iba a cambiar.

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