jueves, 22 de agosto de 2013

alguien tiene que limpiar la mierda

Soy un millón de desastres, personales, temporales y la mayoría sin importancia. Un océano de dudas en verano, en otoño y en invierno y de peros en abril. Nunca quiero seguir adelante y nunca hago esfuerzo para hacerlo. Me da miedo, o tal vez pereza...quizás ambas o ninguna de las dos...
Estoy perdida en mi día a día pero siempre voy a algún lado, no exactamente al que quiero ir, porque no lo sé. Soy una llorona, una insoportable, una puta borde en mis malos días, una boba y una buenaza. Me río con facilidad, no mantengo la sonrisa, ni hago intención. Soy pesimista porque cuando soy optimista me va mal ; siempre. No sé convencer sin ponerme a llorar y no sé consolar a alguien ni hacerle ver las cosas. No sé juntar mis defectos y arreglarlos. No sé hacer reír ni decir cuando algo me parece mal. No sé cantar, bailar ni montar en bici. No sé mentir y tampoco callarme secretos. No sé qué hacer para que confíen en mi ni sé enamorar a una persona. No sé lo que es tener valor para hacer algo ni sé lo que es estar sin llorar una semana entera. Sé leer, escuchar y callarme.
Y aquí estoy en la peor semana del año (incluso peor que la de los globales) otro verano más, siguiendo adelante sin caminar, haciendo hueco a un poco de buen humor, esperando sin esperanza y jodiéndome por ser optimista en el último momento (como siempre ). Y repito otro año más que esto no es un error es una opción que...como tú dijiste, la he elegido yo. 

Pero a pesar de las penas de que la muerte está ahí fuera, limita a no pensar y a disfrutar de vuestra espera

No hay comentarios:

Publicar un comentario